lunes, 18 de abril de 2011

What happens when you smoke grass?

Los directos rayos del sol permanecían luchando contra mí, imponiendo más ímpetu en quemarme la cara. Yo luchaba con las gafas tipo mosca, sabiendo que me estaba mareando inútilmente. Pero la competición continuaba, quien ganaría, ¿el gran astro o una ilusa humana? Me rendí (sí, ¡me rendí!) y cerré los ojos. En mis parpados se dibujaban los rayos del sol, presumiendo de su reciente victoria, abduciéndome hacía imágenes nunca vistas… Las manos empezaron a desvanecerse y un hormiguero eliminaba mis piernas. Las rayas que marcaban mis parpados, empezaron a convertirse en una figura regular de cuatro costados. Delante de mi tenía un cuadrado que iba girando muy, muy, muy lentamente. Negros y neones empezaban a jugar moviéndose de una forma peligrosamente interminable, de pronto empezaron a comerse. El cuadro era más de uno, y se había convertido en una tubería que iba captando una longitud infinita, enfocando desde el medio, la camera iba hacía detrás. No sabes por qué, pero no saber qué había detrás te atraía más y más. Pero luego, ¡llegó lo mejor! Un enorme anzuelo perforo mi piel, músculos y nervios, para rodearme las vertebras torácicas y recubrirme de un escalofrió. Cada cuadrado que se alejaba más, la columna vertebral iba alargándose más hacía el subsuelo junto al anzuelo. La piel se deformaba, pero la curiosidad me dominaba y el dolor ya no importaba. Por si fuera poco el estomago se estaba revolviendo cada vez que tiraba más y más, las piernas ya eran gelatina. Podría haber abierto los ojos claro, pero allí me esperaba el sol. La única forma de romper un poco esa sensación era mover la pierna izquierda, así que pequeños espasmos recurrían mi cuerpo, moviéndome un poco cada cinco segundos. Pronto deje de practicar eso, era demasiado cansado evitar la unión, entre el Yo y la tragona tierra. Además ¿por qué no me dejaba llevar? Me daba un enorme placer poder comprobar hasta dónde puedo llegar, sentir los extremos y… La mente se estaba nublando cada vez más, los cuadrados iban más rápidos, pronto la columna vertebral se rompería y el estomago saldría por la boca… ¿Por qué no dejarme llevar y disfrutar de la nada, en un mundo de eternos cuadrados? Ya sentía como dejaba de respirar, de latir de vivir. De verdad que lo sentí. Pesaba como una pluma, era perfecto. Ya no existía, ya no me dolía…

De repente abrí los ojos y me encontré en la sombra, rodeada de mis amigos preguntándome si me sentía mejor. Hacía una hora que me había quedado en los cuadrados, que estaba agonizando y produciendo algo similar a un ataque epiléptico.

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1 comentario:

  1. por eso no hay que drogarse :P o tomar pastillas que te traigan efectos secundarios como alucinaciones {rolleyes} cuidate!! :)

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